Falco
Entre los 15 y los 18 años, comenzó a difundir su apodo, FALCO, a través de pegatinas o camisetas personalizadas y terminó estudiando historia del arte. Ante la necesidad diaria de analizar obras de arte impactantes, conceptuales y significativas, rápidamente sintió la necesidad de crear y compartir su trabajo más allá de una pantalla. En 2019, impulsado por esta necesidad, comenzó a recortar su primera plantilla, una herramienta que inicialmente le sirvió como solución para materializar sus ilustraciones. Así, pintó su primer muro, ignorando que lo que hacía era, en realidad, «arte callejero».
Más tarde, con el objetivo de convertirse en diseñador gráfico, ingresó en una escuela de bellas artes, que abandonó tres semanas después. Comprendió que no podía soportar que alguien le tomara la pluma y se expresara con filtros. Seguir el camino de la vida artística ha sido su pasaporte a la libertad.
Cinco años después, pintar en la calle se convirtió en una forma de contextualizar sus obras. Se convirtió en el resultado final de la idea, garantizando la coherencia entre lo que desea expresar, el lugar y el momento en que eligió compartirlo.
Falco dejó su huella en muros visibles en diferentes ciudades, especialmente en París, Londres, Ámsterdam, Berlín, Hamburgo, Lisboa, Praga, Grenoble, Lyon…